23/5/10

Man on wire


El hombre en el alambre tenía una sonrisa de oro y hablaba como un duende. Mientras estaba en el suelo solo pensaba en subir al alambre, y el alambre lo amó siempre con devoción. Cuando estaba sobre el alambre, entonces sí: dibujaba poesías en el cielo, besaba las nubes, hablaba con los pájaros, se tendía como un crucificado para que lo acariciara el sol. Hincaba las rodillas y el viento rezaba por él. Allá arriba era más que un hombre. Quienes lo veían desde abajo soñaban con paraísos y esperaban con asombro y ansia la buena nueva que venía a darles, ¿acaso no era un ángel? Pero él no decía nada. Tan solo bailaba en el azul, como un ave nacida de la mano de Dios.


El hombre en el alambre es un documental. Maravilloso. Man on wire. No se lo pierdan. A mi me recordó de principio a fin una frase de Chesterton: “Si en la tierra negra la semilla se transforma en estas rosas, ¿en qué se convertirá el corazón del hombre en su viaje a las estrellas?

2 comentarios:

Petit Soul dijo...

Documental altamente recomendable.
Poesía Visual.

Irma Vep dijo...

Víctor gonzález...tu libro mucho tiempo en mi mesilla.
Dijo mi padre: voy a comprar este libro, que lo escribió un compañero de la mili.
Y desde entonces tus cuentos son mis amigos. Gracias.