30/4/10

Trastévere


Este cuento es para Maikix... por el verso italiano.


Los romanos han tenido siempre fama, no sé si merecida, de pendencieros y revoltosos. Yo por mi parte los encuentro muy amables, si bien es cierto que nunca dejan de parecer dispuestos a saltarse las normas a la mínima. No hay más que ver cómo se comportan vehículos y peatones en el centro de la ciudad. El caso es que en un libro de cuentos y tradiciones populares romanas escrito por Cecilia Gatto Trocchi he encontrado la siguiente historia -real- que ilustra este tema. La reproduzco aquí para deleite de todos.


En el año 1942, así lo cuenta la escritora, las autoridades romanas tomaron la determinación de reprimir las alocadas fiestas del popular barrio del Trastévere, la “Festa de Noantri”. Para ello el Duce en persona ordenó decorar todo el Viale Trastévere con festones de colores, e iluminarlo con miles de lámparas. Pretendía así evitar en lo posible que la oscuridad favoreciera los desmanes y el tradicional libertinaje del pueblo durante las celebraciones. Un pasquín oficial que se distribuyó abundantemente decía:


“¡Trastevere, Trastevere, / Brillo de tantas luces / Te ponen corona el Duce, / La Madonna y el Rey!”


Pero los trasteverinos no estaban dispuestos a que les aguaran la diversión. La primera noche de las fiestas rompieron todas las lámparas con hondas, y a la mañana siguiente nuevos pasquines con otra copla habían sustituido en las calles al anterior:


“¡Hartos de tantas luces, / Queremos estar a oscuras: / Id a tomar por culo, / Duce, Madonna y Rey!”


Como mi italiano no es bueno (en realidad ni siquiera es), esta traducción libre y a vuelapluma no hace justicia a la bella rima del original:


“Stanchi de tanta luce / Volemo stà allo scuro:/ Annatevene a ffà’n culo, / Duce, Madonna e Re!


Me encanta Roma.

27/4/10

La escalera interminable


La escalera interminable fue inventada por el profesor Escher. Aunque la idea era buena y prometía mucho, al final resultó ser un artefacto completamente inútil. Una vez que el profesor Escher la tuvo acabada, empezó a subir por ella para probarla y el pobre ya no salió de allí.

El doble cerdo

El gorrino duplo o doble cerdo es un animal sumamente curioso y escaso que ha sido visto en contadas ocasiones. Este extraño mamífero es idéntico a un puerco normal pero con dos cabezas, una a cada lado del cuerpo. No tiene patas, por lo que se desplaza rodando como un tonel. El hecho de carecer de cuartos traseros y la dificultad que entraña su manejo en granjas, han hecho que nadie se haya dedicado nunca a la cría de este hermoso animal.

25/4/10

Nothingbetterthanhome


Existe una ciudad en Australia llamada Nothingbetterthanhome cuyos habitantes, por una razón o por otra siempre vuelven a su casa cuanto antes. Si hacen planes para irse de viaje o simplemente deciden salir a pasar un día en el campo, inevitablemente se olvidan de algo, o tienen que volver atrás por lo que sea y terminan por quedarse en casa.


Por ejemplo: una persona llama por teléfono a un amigo y queda con él para tomar una cerveza en el pub local. A medio camino esta persona recuerda que ha olvidado apagar la tele, así que tiene que volver a casa. Una vez allí repara en que ya es demasiado tarde para salir y vuelve a llamar a su amigo para cancelar la cita. Como a éste le ha ocurrido otro tanto o algo parecido, también está en su casa, así que ambos se disculpan y no pasa nada.


Otro caso: una madre despide a sus niños en la puerta antes de enviarlos al colegio. Los niños le dicen adiós, dan la vuelta a la manzana y regresan inmediatamente. Esto ocurre todos los días y la madre ni siquiera cierra la puerta, sino que se limita a esperar unos minutos en el porche. Cuando vuelven los niños, les ayuda con los abrigos y las carteras y los manda a jugar a su cuarto.


Este sorprendente comportamiento, que tanto llama la atención de los visitantes, se da en todos y cada uno de los habitantes de la ciudad sin excepción. Hace años que en Nothingbetterthanhome dejaron de hacerse inauguraciones, conciertos o actos sociales, porque no iban ni los organizadores.

El problema de Erictonio


Cuando Bóreas se enamoró de las tres mil yeguas de Erictonio y las dejó preñadas a todas, Erictonio se puso hecho una furia. No era para menos. La granja de Erictonio no estaba preparada para aquello. Ninguna granja lo está: tres mil potrillos de golpe no son ninguna broma.


Fue un problema enorme y Erictonio se las vio y se las deseó para resolverlo. Aunque era rey de Atenas no por eso se durmió en los laureles. Al contrario. Se puso a trabajar de inmediato como el que más, para tratar de arreglar aquel desaguisado. Y sudó lo suyo, eso hay que reconocérselo. Tuvo que habilitar centenares de establos nuevos, contratar más susurradores y comprar terreno, y enormes cantidades de avena y forraje. Todo eso costó mucho esfuerzo y dinero; y encontrar financiación no le resultó fácil.


Por suerte Dios aprieta pero no ahoga. Cuando Erictonio ya empezaba a desesperar inventó la cuádriga, y con la patente como aval consiguió que Zeus le hiciera un préstamo. Meses después cuando los potrillos nacieron, el pobre Erictonio estaba tan agotado que ni siquiera tuvo fuerzas para ponerles nombre y se limitó a numerarlos.

Móviles y fijos

Se dice a menudo en favor de los teléfonos móviles que estos nos permiten estar localizables en cualquier momento, ocultando deliberadamente el hecho, mucho más ventajoso, de que los fijos no se escapan nunca.

22/4/10

Estramonio (botánica)


O Datura. Una planta muy bonita pero que da miedo. Al estramonio (Datura stramonium) se lo ha llamado entre otras cosas hierba hedionda, trompeta de la muerte, burladora, hierba de muerto, vuélvete loco, hierba del infierno, pedo de fraile, y tantas otras lindezas más que excuso seguir. El estramonio es parecido al beleño y a la belladona. La planta es muy bonita y común en los jardines. La gente suele plantarla porque se da bien y porque sus hermosas y enormes flores en forma de campana resultan muy decorativas.


En los años setenta todos los jóvenes medio hippies de esta punta de Europa peregrinábamos religiosamente a la isla de Ons cada verano, donde supuestamente una anciana y sapientísima bruja nos obsequiaba con toda clase de brebajes preparados con dicha planta. Por suerte los caldos de dicha señora no contenían estramonio más que en nuestra imaginación. En los últimos años el estramonio, que a veces se plantaba aquí en Galicia en los parterres urbanos y en los jardines públicos fue retirado de ellos, ya que a algunos desquiciados se les ocurrió comérselos, murieron y sus familiares denunciaron a los ayuntamientos. Algo así como si elimináramos los semáforos porque unos tipos se mataron dándose voluntariamente cabezazos contra sus postes...


La datura vino de América, donde era una planta venerada. Los guaranís la llamaban yua-aqué, que siginifica “la planta que hace soñar”.

Copias y originales

El copista del siglo VIII que en la soledad de su vida monástica no se daba cuenta de la maravilla que nacía de sus manos copiando sin más, al fin de su triste y repetitiva existencia casi funcionarial, fue recompensado por el Creador con la gloria del cielo. Hoy llamamos a sus obras justamente “originales”.

18/4/10

Cambios de sexo


Cada día hay más gente que se cambia de sexo. Los avances médicos, la evolución de las costumbres, la sensibilidad con estas personas y la creciente aceptación social de las minorías y de lo diferente, hacen que lo que parecía una rareza se esté convirtiendo en normal. En fin, nada que objetar. Supongo que es una opción tan buena como cualquier otra, para quienes así lo deciden.


Pero los cambios de sexo no son algo nuevo. María Pacheco por ejemplo, fue una mujer portuguesa que se convirtió en hombre espontánemente a los catorce años de edad, viajó a Brasil, volvió rico de allí, contrajo matrimonio con otra mujer en Esgueira, su pueblo natal, y vivió felizmente en dicha localidad hasta el fin de sus días. En Portugal es famosa y muchos autores han escrito sobre ella.


Y aunque el de María Pacheco es el suceso de este tipo más conocido, hubo otras muchas personas que cambiaron de sexo en la antigüedad. Lucia Cosicia, una hermosa mujer natural de Triditania se convirtió en hombre el mismo día de su boda, aunque a su prometido no le importó y se casaron igual. Alberta Zósima de Tours que vivió en Francia y Alemania en el siglo XV, cambió de sexo seis veces a lo largo de su vida y tuvo tres hijos, dos de ellos como mujer y uno como hombre. Y Santa Emerata Castiglioni, la famosa santa italiana tan milagrera, también había sido un hombre en su adolescencia, aunque lo negó incluso bajo tormento y murió por ello.


Más recientemente hubo también un caso extraordinario, el de James Harper Morris. Este joven y apuesto oficial de lanceros del ejército británico, tras haber coronado con Hillary el Everest y después de casarse y tener cinco hijos se cambió de sexo, se convirtió en la escritora galesa Jan Morris y dio a luz al más hermoso retrato de una ciudad que se haya escrito jamás: Venecia. Léanlo.

Rape (gastronomía)

El rape o pejesapo es feo pero bueno. Esto también ocurre con algunas personas. En el caso del rape quiere decirse que es bueno para comer. Se puede preparar guisado, al horno, frito, empanado y de mil maneras. Siempre queda bien.


Un truco muy bueno que practican con el rape algunos restaurantes es el siguiente. Se toma la cola de un rape fresco, se le quita la piel, se limpia y se ata a lo largo con varias cuerdas en forma de anillos. Esto hay que saber hacerlo bien. Después se congela. Una vez descongelada y retiradas las cuerdas esta cola parece una cola de langosta. Como además el color y la textura de la carne recuerdan a la de la langosta, troceada en salpicón por ejemplo, o en una ensalada, da el pego perfectamente. Algunos expertos incluso le ponen un poco de colorante naranja por encima, para que ya no haya ninguna duda. Si usted tiene un restaurante y decide poner en práctica este sistema le sugiero que para evitar suspicacias, en la carta y en la factura ponga claramente la palabra langosta bien grande.


Los rapes adultos pueden llegar a pesar cuarenta kilos y medir un metro y medio de largo. Viven en todas las aguas y son malos nadadores. Casi siempre utilizan las aletas como pies para caminar trabajosamente por el fondo, esta es la primera razón por la que los otros peces no les tienen mucha simpatía. Además los rapes se dedican a la pesca, actividad en la que muestran una notable destreza. Esta es la segunda razón. O sea que se alimentan de peces, aunque no le hacen ascos a otros alimentos. Yo he visto en un documental a un rape de mediano tamaño comerse de un solo bocado a un pato vivo, magret y foie incluido, que nadaba distraídamente sobre él. Así de bueno está después el rape, claro.

La falda giratoria


Mariela tenía una falda giratoria. Cuando Mariela se levantaba por la mañana y se la ponía, la falda estaba en su posición correcta porque Mariela, que no es tonta, se la ponía bien. Pero a lo largo del día la falda iba girando por sí sola, así que Mariela tenía que estar ajustándosela constantemente y, como os podéis imaginar eso es un engorro. Un día llevó la falda a la tienda donde la había comprado. La puso encima del mostrador y dijo, muy enfadada:


- Esta falda que me han vendido ustedes es un engorro. Gira sola.


Ante el asombro de Mariela, la dependienta, como si fuera la cosa más normal del mundo se dirigió a la falda con voz firme:


- ¿Es cierto eso, falda, te has convertido en una falda giratoria?


Cuando la falda contestó, Mariela dio un brinco.


- Sí, es cierto, lo confieso, -dijo la falda contrita-, sé que está mal, pero no puedo evitarlo... es que me gusta ver el paisaje.


- ¡Cielos!, -gritó Mariela-, pero esta falda no solo gira, sino que además habla.


La dependienta no pareció dar importancia a la observación.


- Disculpe, señorita, hemos tenido este mismo problema con algunas faldas como esta. Se la cambiaremos inmediatamente por una nueva.


Pero Mariela la interrumpió:


- ¡Eh, eh, espere un momento, por favor! ¿Por qué nunca me has hablado a mí? -le dijo a la falda-.


La falda contestó:


- Como siempre me ponías mirando hacia otro lado, pensaba que no querías hablar conmigo.


- ¡Oh, vaya!

16/4/10

El bosque sin voz


El bosque sin voz era totalmente silencioso. En él no se oía nada. Ni el rumor de una hoja, ni el viento, ni un pájaro. En contrapartida era increíblemente hermoso. Los hombres que inadvertidamente se adentraban en este bosque y se perdían en él, ante su belleza se quedaban mudos de inmediato.


En el bosque sin voz había que se sepa, tres cosas prodigiosas. Una, la mujer-árbol que era sorda y con la que resultaba inútil conversar; otra, el árbol de metal que en lugar de frutos daba alambre de buena calidad; y por último la fuente sin ruido, que volvía locos a quienes bebían de ella.


Este bosque ya no existe. Fue arrasado por una multinacional maderera. Como no tenía voz, no pudo defenderse.

El silbato


Una niña pequeña encontró un silbato. Estaba nuevo y venía en su caja y todo. Dentro de la caja, una hoja de instrucciones decía lo siguiente: “Silbato mágico. Tóquese sólo al lado del mar. Usar con precaución. Made in Oz”. La niña fue al lado del mar y lo tocó una vez. El sonido era muy bonito pero no pasó nada. La segunda vez sí: vino un pez. El pez asomó la cabeza fuera del agua y dijo:


– Hola. Soy el pez del silbato mágico. ¿Quién eres tú?


– Me llamo Celeste –dijo la niña–. Soy la dueña del silbato. ¿Me concederás un deseo?


– Has leído demasiados cuentos. No concedo deseos, sólo soy un pez.


– ¡Pues vaya una estafa! –se indignó la niña–. Este silbato no es mágico.


– ¡Eh!, tranquilízate –dijo el pez–, eres muy apresurada, muchacha. No he dicho que el silbato no fuera mágico, sino que yo no lo soy.


La niña se quedó callada y el pez siguió.


– En fin, ya que eres la dueña te diré cómo funciona. Verás. Has de prestar mucha atención. Es fácil pero no lo repetiré. Te lo voy a decir de carrerilla. Si lo tocas una sola vez no pasa nada, puedes usarlo como un silbato normal. Si lo tocas dos veces como ahora, vendré yo; si lo tocas tres veces, vendrá un pulpo; cuatro una merluza; cinco una tortuga; seis un calamar; siete un rodaballo; ocho una lubina; nueve una medusa; diez un pingüino; once un cormorán; doce una caracola; trece un pez volador; catorce una langosta; quince una sardina; diez y seis una sirena; diez y siete un langostino; diez y ocho un buey de mar; diez y nueve un bacalao; veinte un cangrejo; veintiuno un tiburón; veintidós un lenguado; veintitrés una foca; veinticuatro un delfín y veinticinco una ballena. Eso es todo, adiós.


Y el pez desapareció bajo las aguas con un coletazo. La niña se quedó en la orilla asombrada con el silbato en la mano, pensando qué hacer. Por supuesto le resultó imposible recordar de memoria todo, porque el pez lo había dicho muy rápido. Pero como era muy lista tocó el silbato todo lo que pudo hasta la noche... y después montó un acuario estupendo.

12/4/10

Somos jazz


Steven Mithen, profesor de arqueología de la Universidad de Reading (o sea, un experto), afirma muy acertadamente que lo más característico del hombre es la improvisación. Según él los humanos llevamos seis millones de años improvisando. Así que prácticamente... ¡somos jazz!

Ocas (gastronomía)


Mucha gente las conoce por el paté, pero pocos saben que estas anátidas poseen el don de la adivinación y la capacidad de hablar, razones por las que los habitantes de la región del Languedoc (apréciese la bonita etimología) antiguamente las veneraban como si fueran diosas. Lógico. Si usted o yo tuviéramos en casa, ya no digo una hermosa oca sino una simple gallina capaz de predecir el futuro, también la veneraríamos como si fuese el propio Apolo.


Cuando los romanos conquistaron la Galia se llevaron unas cuantas ocas al Capitolio que resultaron ser de suma utilidad tal como explica muy bien Plinio, pues aquellas despiertas anátidas alertaban a Júpiter con sus graznidos si se acercaban extraños. Sin embargo y como al fin no podía dormir, el dios ordenó que las sacrificaran a todas para tener un poco de paz. Y es que Jupiter era muy expeditivo.

10/4/10

We live


Según un antiguo poema náhuatl que he encontrado curioseando por ahí, no fue para vivir para lo que vinimos a la tierra sino para soñar:


“Nacimos para el sueño,

no fue para vivir que vinimos a la tierra.

Apenas seremos una hierba que reverdece:

verdes los corazones y los pétalos extendidos.

Porque el cuerpo es una flor fresca y mortal.”


O sea que Joseph Conrad, en realidad un polaco y no un inglés, ya vivía en México en el siglo VIII de nuestra era, mucho antes de que los primeros españoles llegaran a aquellas tierras. Tal vez, quiero pensar, oculto bajo la identidad de un sacerdote mexica, un toltécatl, “el que habla con el corazón”: We live as we dream, alone.


Este cuento que ha nacido del hallazgo del poema mexica es para Patsy Scott, a propósito de la frase de Conrad de la que hemos hablado alguna vez.

7/4/10

La tabla del nueve


Un príncipe tenía un genio en propiedad. Era un genio diminuto. Medía apenas unos centímetros y el príncipe lo llevaba en una caja. Si se lo pedían, lo enseñaba. Destapaba la caja y el genio salía de ella y recitaba la tabla del nueve sin equivocarse: “Nueve por uno es nueve, nueve por dos, diez y ocho; nueve por tres, veintisiete...”, y así hasta que el príncipe le decía que parara. Entonces el genio se callaba, hacía una reverencia y volvía a la caja.


En cierta ocasión el rey de Roma quiso saber hasta dónde era capaz de llegar el genio con la tabla. Durante tres días él mismo y sus ministros estuvieron escuchándolo. Cuando el genio llegó a “nueve por sesenta y cuatro mil ochocientos treinta y dos, quinientos ochenta y tres mil cuatrocientos ochenta y ocho”, el príncipe lo mandó parar, pues el genio y él eran los únicos que seguían en pie. Todos los demás incluido el propio rey, se habían quedado dormidos rendidos de cansancio.


Estas pequeñas actuaciones tenían mucho éxito y el genio se hizo famoso en todo el reino y más allá de sus confines. Pero a pesar de que el príncipe intentó en muchas ocasiones enseñar al genio alguna otra cosa como un poema, una canción o la tabla del seis, fue imposible. Aquel genio sólo sabía la tabla del nueve, y si lo sacabas de ahí no había nada que hacer.

Perdiz (gastronomía)


Si no conoce Toledo, esta es una buena ocasión para visitarlo. Deje el blog y póngase en marcha.

5/4/10

El caso de José


José estaba trabajando en el campo con sus hermanos, recogiendo la mies. Los llamó y les dijo:


– Venid todos, hermanos míos. Admirad las gavillas tan perfectas que he hecho hoy.


Pero no le hicieron caso, pues ninguno sabía qué demonios era aquello tan raro de “gavillas”.

La modestia

La modestia es una virtud escasa. Esto lo sabemos bien todos los que somos muy cultos.

Notarios


En la comarca de Finisterre, en A Coruña, según he leido en varios sitios se conservan antiguas cédulas de propiedad de fincas que en la descripción de las lindes dicen a menudo: “linda ao oeste con América, mar de por medio”. Eso era un notario, ¡sí señor!

2/4/10

Laurel (botánica)

Excuso describir en detalle esta planta ya que, por hache o por be, todo el mundo tiene unas hojas en casa, generalmente metidas en un bote en la cocina o mezcladas con el arroz.


El laurel (Laurus nobilis) es una de las plantas más fascinantes que existen. Hay dos tipos: macho y hembra. La hembra da frutos y el macho no (esto es razonable). Ambos son muy aromáticos. Se sabe que Drusilla, la esposa de Augusto, tuvo una gallina amaestrada a la que hacía pasearse diariamente con una hoja de laurel en el pico por el Capitolio, y según los cronistas de la época el aroma de aquella única hoja se extendía como un bálsamo por toda Roma.


Además, al laurel siempre se le han atribuido propiedades mágicas. Tiberio se ponía en la cabeza una corona hecha con las hojas de dicha planta cuando tronaba, pues creía firmemente que ahuyentaba el rayo. Y los nobles romanos decoraban con ella la puerta de sus casas para protegerse cuando esperaban una desgracia. Por otra parte, si se añade laurel a un fuego, el fuego se vuelve loco. Esto es un hecho y puede comprobarlo cualquiera en casa fácilmente. El asunto del laurel macedonio de Tito Livio ya lo expliqué en este mismo blog en octubre de 2009, en un cuento titulado “El alma de las plantas”, por lo que no voy a repetir la historia aquí.


Los laureles son plantas antiquísimas que tienen vastos conocimientos de ciencia, religión, filosofía, arte y cocina. Por eso tantos grandes hombres de la antigüedad como Alejandro y Julio César solían hacerse acompañar por dichos árboles, para que los aconsejaran sabiamente cuando tenían que tomar alguna decisión acerca de un asunto de importancia. Y todavía hoy sirven para eso. Por ejemplo y esto sí que le será de utilidad, si usted tiene que preparar un estofado, o una perdiz, o un pescado al horno, o un escabeche... pruebe a añadirle unas hojas de laurel. El guiso mejorará notablemente, sus invitados lo agradecerán y usted se sentirá coronado, como un poeta o un campeón de los Juegos.

El cofre


Un joven rey guardaba celosamente un pequeño cofre cerrado que le había legado su padre. El cofre pasaba de padres a hijos desde hacía más de mil años y siempre permanecía cerrado. Tenía una inscripción en la tapa que decía: “No abrir jamás”. Nunca se había abierto y nadie sabía lo que contenía.


Sin embargo el joven rey era muy curioso. Un día no pudo más y contra la opinión de sus consejeros, lo abrió. Dentro había un segundo cofre aun más pequeño, con otra advertencia: “Si se abre este cofre ocurrirán grandes desgracias”. El rey que era imprudente, abrió el segundo cofre y dentro había un tercer cofre, en este caso diminuto, apenas del tamaño de una uña, que decía: “Atención: manténgase cerrado este cofre o el reino caerá en manos de un ejército invasor”. Por tercera vez hizo caso omiso de la advertencia. Lo abrió y la amenaza se cumplió: Del interior del cofre salió un ejército tan numeroso como las gotas del mar, que arrasó el reino entero. Fin del cuento.

Variantes narrativas

El cuento de los siete cabritillos puede contarse igualmente con siete cerditos. Es lícito. Está permitido.