José estaba trabajando en el campo con sus hermanos, recogiendo la mies. Los llamó y les dijo:
– Venid todos, hermanos míos. Admirad las gavillas tan perfectas que he hecho hoy.
Pero no le hicieron caso, pues ninguno sabía qué demonios era aquello tan raro de “gavillas”.
1 comentario:
Si no sabes el nombre de una cosa, lo más probable es que ni la mires.. pasa con todo excepto con las mujeres: lo que menos te importa cuando las ves caminando por la calle quizás sea cómo se llaman... aunque sabes que son mujeres.
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