16/9/09

Caballos (gastronomía)


El caballo no se come. Hubo un tiempo en que sí pero ya no. Al menos en Europa. La verdad es que ya desde Jonathan Swift comer caballo casi nos parece antropofagia.


Yo nunca he probado el caballo, aunque aun recuerdo que hace años subsistían algunas carnicerías en Madrid especializadas en la comercialización de la carne y las vísceras de este hermoso y noble solípedo. No sé si siguen existiendo. Según parece el sabor de la carne de caballo es dulce.


El caso es que los caballos han sido siempre demasiado apreciados como para devorarlos así por las buenas. Ha habido tantos caballos sabios en la historia, que resulta cuando menos difícil pensar en comerse uno. Sería como zamparse a Aristóteles.


Ramsés II por poner un caso, tenía dos caballos que se llamaban respectivamente “Victoria en Tebas” y “Mut está contenta”. Sólo viendo los nombres que les puso es obvio que el faraón en ningún momento pensó en sacrificarlos. Y menos aun en cocinarlos. Se nota que los apreciaba demasiado.


Otro caso parecido fue el de Boabdil, el rey Chico de Granada que alimentaba a sus caballos con leche. Lógicamente si lo hacía era porque los quería mucho, y no porque pensara hacer con ellos una tarta. O sea que comer caballo es una salvajada y no hay más que hablar.


Por cerrar este tema: parece ser que los hunos hacían el amor con sus mujeres montados en sus caballos, mientras cabalgaban, lo que dice mucho no solo de la extraordinaria destreza de aquellos jinetes y de sus esposas... sino también de la de sus monturas.


NOTA: Por supuesto, el joven de la imagen no pretende comerse al caballo. ¿Ya se habían dado cuenta, verdad? La fabulosa foto es de Miguel Morales. Pueden ver más fotos suyas en http://www.barnaponte.net/FOTOS_WEB/index.html

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace unos días vi un reportaje sobre perros que servían de alimento a cierto pueblo ... aún hoy no consigo quitarme sus ojitos de la cabeza.

maikix dijo...

Recuerdo que me llamaban mucho la atención cuando era pequeña los letreros de las tiendas: "carnecería caballar", no porque se vendiera carne de caballo (que nunca he probado ni pienso hacerlo), sino porque "carnecería" me parecía que contenía una falta de ortografía. Luego supe que era una variante.
Hoy en día en algunos hipermercados venden carne de potro ;_;

PATSY SCOTT dijo...

En Bélgica (y juraría que en Francia también) se come más carne de caballo que de vaca. O al menos así era hasta hace unos años.
Viví en Bruselas hace algunos años y sospecho que alguna vez la comí sin enterarme.
Estoy de acuerdo en que parece un animal demasiado noble para acabar en un plato. Jaja, y Boabdil dándoles leche - hay vacas que beben vino en Japón - lo de los alimentos no deja de ser algo cultural. Los hindúes deben horrorizarse cuando comemos carne de vaca.
En cuanto a los hunos, anda que no hemos perdido facultades...

José Angel dijo...

La fotografía es bellísima. No sé, adoro a los caballos: son un canon de belleza, como creía Leonardo, tan importante como el propio hombre.
Sobre hacer el amor en el caballo, como motociclista te diré que es difícil.. aunque no imposible: es mejor parar.
Saludos.