Me pregunto a veces si podría escribirse una breve obra literaria con cualquier cosa. Con diez elementos variados, elegidos al azar. Como por ejemplo los siguientes:
1º - El costado de un hombre dormido, del que brota una flor. 2º - Un cangrejo de oro que camina por el cielo. 3º - Un niño que duerme sobre un haz de espigas. 4º - El joven que atrapa a una muchacha y descubre que es un árbol. 5º - La frase: “en las piedras está Dios”. 6º - Un ciervo negro divino y por supuesto, alado. 7º - Una muchacha desnuda que sostiene un imán. 8º - San Antonio de Padua. 9º - Una cesta con membrillos, flores, animales y héroes. Y 10º - Dos hojas de higuera y la vergüenza.
Supongo que sí. Podría escribirse. ¿Se han fijado ustedes alguna vez en el famoso cuadro “Las Cortesanas” de Carpaccio? Es un cuadro cualquiera, elegido al azar; lo juro. Aparecen en él dos mujeres, dos perros, un papagayo, un pavo, dos palomas, un criado, un pañuelo, dos jarrones, un mueble, una naranja, un bastón y una carta. ¿Acaso no es esto más difícil?
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