7/2/10

El leñador


El leñador que talló una figura de madera exacta a él y después le infundió vida con un soplo, metió la pata a fondo. Al principio la cosa iba bien. Nada hacía prever la catástrofe que se avecinaba. La figura se convirtió en su hermano y el hombre se alegró de no estar solo. Por lo menos tenía alguien con quién charlar y que además, le echaba una mano en el trabajo.


Pero un día la figura talló a su vez otra figura, y también le infundió vida con un soplo. Esta segunda figura hizo lo mismo, y también la tercera, y la cuarta, y la quinta. Y todas las figuras sucesivas hasta que el primer hombre perdió la cuenta del número de hermanos que tenía. Eran miles y miles. Y todos talaban árboles para tallar otras figuras. La deforestación del bosque fue absoluta. Y entonces el leñador se quedó sin trabajo y tuvo que emigrar.


Por suerte, sus hermanos no lo siguieron.

No hay comentarios: