¿Qué decir de esta planta extraordinaria que adora los jardines? Abderramán I tuvo una mata de arrayán (Myrtus communis) que le era muy querida y la llamaba por un nombre árabe que significa “la alegría de Córdoba”.
El arrayán se da con abundancia en toda Andalucía, pero sobre todo en Sierra Morena entre cantes, tacones y guitarras. El arrayán adora la música y los aromas de azahar. Su nombre científico, mirto, viene de myron, perfume. En España hubo siempre mirto y otras plantas afines en abundancia en los jardines y parques. Pero en los últimos años el diseño y la construcción de estos espacios públicos ha pasado de manos de los jardineros a las de arquitectos que han optado por eliminarlas, seguramente por envidia.
El mirto era una planta mágica consagrada a Venus. En la antigua Roma se la ponían a los novios en la cabeza y también a los generales, en este último caso... para que tuvieran algo bonito en qué pensar.
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