El primer hombre hecho de barro no sirvió. Nunca se cuenta este detalle para no dejar a Dios en mal lugar, pero lo cierto es que aquel hombre no valía para nada: era demasiado blando, pesado y poco manejable. Si lo metías en agua el barro se deshacía, se convertía en lodo y te quedabas sin hombre. Además, una vez seco se rompía con facilidad y tenía un color feo. No fue un hombre logrado. El barro no fue una buena idea.
Cuando Dios se dio cuenta tuvo que volver a empezar, tomárselo más en serio y hacer distintos prototipos de hombre con otros materiales, hasta que por fin dio con el definitivo.
Ni siquiera a Dios le salen las cosas a la primera.
1 comentario:
Sabia conclusión ! ... dios mediante
XPiñón
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