Una niña que se llamaba Begoña vivía dentro de una ballena. Tenía allí sus libros, su cama y todo. La ballena era amplia y cómoda. Lo único que Begoña no podía hacer era cocinar dentro, porque a la ballena el humo le provocaba una tos horrible.
Begoña se levantaba muy temprano por la mañana. Se lavaba y arreglaba, y la ballena la depositaba en la playa a primera hora. Después Begoña iba al colegio, pues Begoña llevaba una vida normal.
Un día invitó a un amigo a casa. Cuando le enseñó la ballena por dentro, este no se lo podía creer.
– ¡Caray, qué suerte! Es genial vivir en una ballena, –dijo.
– No creas, –contestó ella–, tiene sus inconvenientes. Por ejemplo, no puedo cocinar porque a la ballena le da la tos.
– Ya. Pero siempre puedes comer sandwiches.
– Eso sí. ¿Quieres uno?
NOTA: He tenido la suerte de que un ilustrador genial, Bimbo, haya aparecido un día por casa y haya decidido usar este antiguo cuento mío y convertirlo en algo mucho mejor. Arriba la portada; el resto de las ilustraciones (y otras muchas cosas más) en su web: http://www.sbimbo.com/
2 comentarios:
Desde ya seguiré pasando por aquí, este blog me regalo sonrisas. Gracias
Fantástico conto Victor ! podería trasladarme ...
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