28/9/10

Faustina y Marco Aurelio


Faustina era una emperatriz romana. Era esposa de Marco Aurelio. Esta mujer que había leído con gran aprovechamiento al retórico Adeo: “Cuando veas a alguien guapo, dile lo que piensas y cógele sus testículos con la mano abierta”, consecuentemente se enamoró de un gladiador y cometió adulterio con él. Craso error. Fatal. Ahí Faustina metió la pata a fondo, nunca mejor dicho.


Para atajar el asunto Marco Aurelio, aconsejado por sus sabios y asesores puso en práctica un remedio mágico muy antiguo: obligó a Faustina a beber la sangre del gladiador, al que obviamente hubo que matar primero. Y el remedio resultó ser extraordinariamente eficaz, pues Faustina no volvió a tener relaciones con el andábata nunca más.

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