16/9/10

El maravilloso mundo de las plantas (anecdotario)


Este título es copiado. Le he añadido la palabra anecdotario para que no se note tanto. Si lo he copiado es porque es muy bueno. De hecho existen docenas de libros en el mercado con el mismo título y eso es porque otros muchos autores, no sólo yo, no han encontrado uno mejor para este tema. El tema son las plantas.


Muchos libros que se titulan así tienen fotos e ilustraciones en color, por lo que es muy probable que la lectura de cualquiera de ellos resulte más entretenida e instructiva que la de las líneas que siguen. Si usted empieza a ser de dicha opinión, no lo dude: deje este blog ahora mismo y salga inmediatamente a comprar un verdadero libro de igual título. Pero si decide no hacer caso de este consejo, debo advertirle que no encontrará aquí descripciones detalladas, ni épocas de floración, ni características morfológicas, edafológicas o de los correspondientes biotopos de las plantas; ni datos acerca de sus condiciones de crecimiento, ni consejos sobre sus cuidados. Esta no es una guía al uso. Y no lo es sobre todo por dos razones. La primera es porque el autor no tiene la menor idea de botánica, y la segunda porque no hay espacio. Y las plantas necesitan espacio.


Entrando ya en materia es preciso dejar bien claro que el mundo de las plantas es efectivamente maravilloso. No hay más que pensar en cualquier planta al azar. Por ejemplo, la Palma de las Seychelles cuya semilla puede llegar a pesar más de diez kilos y se necesitan varios niños fornidos para transportar una (ergo, los nativos de las Maldivas la llaman Nuez Maravillosa). O por citar una más próxima a nosotros el Heléboro Negro, que florece en diciembre, entre la nieve.


Todas las plantas resultan sorprendentes cuando se las conoce de cerca. Algunas escriben discursos y otras simplemente no hacen nada aparente y tan sólo se dejan estar ahí, embelleciendo el mundo. Pero todas tienen una historia que merece la pena conocer o un rasgo de su personalidad, o un detalle en su biografía que las hace únicas. Y muchas además, tienen poderes extraordinarios que ni siquiera sospechamos. Puesto que algunas plantas sirven para curar un catarro y otras para convocar a Satán, es conveniente conocerlas bien para estar prevenido.


Por último, ignoro el criterio que he seguido yo mismo para hacer la selección de las plantas que se citan, salvo que todas pueden encontrarse en Europa y eso sí: todas son maravillosas. Adelante. Disfruten.


Adonis estival (Adonis estivalis)

Originaria de Siria donde la cultivaban las mujeres en los legendarios y efímeros “Jardines de Adonis”, esta planta de la familia de los claveles tiene una bonita flor roja en la cima del tallo. Puede llegar a medir 50 cm. de altura, y no debe comerse pues es tóxica. La Adonis estival odia a los jabalíes: si ve uno lo mata.


Ajo de oso (Allium ursinum)

Esta liliácea natural de la Selva Negra tiene la propiedad de atraer a los osos por lo que, al igual que el famoso serbal, es muy apreciada por los cazadores.


Aleluya de San Roberto (Geranium robertianum)

Si bien pertenece a la familia de las aleluyas, no tiene las típicas hojas acorazonadas de la aleluya común o acederilla que usted conocerá perfectamente, sino otras triangulares o pentagonales de tres a cinco lóbulos. Sus bonitas flores blancas fueron empleadas por San Roberto en cierta ocasión para curar a un asno de su propiedad que padecía frecuentes jaquecas, cosa que el pollino le agradeció de todo corazón quedándose a vivir con el santo de por vida. Según los devotos de San Roberto, estos geranios tienen la costumbre de entonar himnos celestiales el día de Resurrección, en que se conmemora la muerte del santo, y así lo hacen todos los años de Dios. Algunas monjas de clausura emplean también esta planta en la fabricación de postres, si bien con distintos resultados según la mano de cada una.


Alfilerillo de pastor (Erodium cicutarium)

Planta herbácea y vellosa cuyo fruto tiene forma de alfiler. Los pastores no lo utilizan para nada en especial, y mucho menos para coser. El alfilerillo no debe confundirse con otra planta similar que los niños llaman pico de cigüeña (véase esta entrada).


Asfódelo blanco (Asphodelus albus)

Bella azucena silvestre de largo tallo rematado por un hermoso racimo de flores. Ha sido tradicionalmente una planta muy apreciada por los poetas. Mero, la escritora de Bizancio casada con Andrómaco el filólogo, cultivaba asfódelos blancos a los que entregaba tanto sus epigramas como los escritos de su esposo, para que los asfódelos los corrigieran antes de hacerlos públicos.


Belladona (Atropa belladona)

La belladona es una solanácea, o sea que es pariente de la patata. Las flores tienen forma acampanada y son verdes con manchas violetas. Como es bien sabido la belladona posee unas brillantes bayas negras muy tóxicas. Una sola es suficiente para provocar la muerte. A pesar de eso antiguamente las mujeres la usaban para embellecerse, pues con ella se preparaba un colirio que aumentaba notablemente el brillo de la mirada. Según parece, Tersites, el héroe etolio famoso por ser el hombre más feo de la guerra de Troya, tuvo una extensa plantación de belladona en su casa de Calidón, sin que se sepa, o al menos la Ilíada no lo menciona, que le reportara ningún beneficio visible.


Botón de oro (Ranunculus acris) y Botón de plata (Achillea ptarmica)

Estas dos plantas no tienen nada que ver entre sí. La primera es una ranunculada y la segunda un tipo de valeriana. El botón de oro tiene una bonita flor amarilla y es fácil de encontrar al borde de los caminos y en los prados por toda Europa. El botón de plata tiene la propiedad de hacer estornudar a cualquier persona que lo mire fijamente, por lo que en algunos lugares recibe el nombre de hierba estornutatoria. Existe también una planta que se llama botón azul, pero no vamos a hablar de ella aquí ya que esta es la entrada del botón de oro y ya hemos metido en ella, con calzador, el botón de plata.

Cebollino francés (Allium schoenoprasum)

En España se llama también ajo moruno, lo que debería dar algo que pensar a nuestros vecinos galos. El cebollino francés tiene una flor en forma de esfera de color rosa. Se emplea como condimento en cocina. Es ideal para hacer “ataditos” o “tipis” en las ensaladas.


Corona de rey (Tetragonolobus maritimus)

Como casi todas las plantas que tienen en su nombre la palabra rey, esta papilionácea tiene flores amarillas. La corona de rey vive con toda naturalidad en suelos secos y en arenas próximas al mar. No necesita ningún rey; se basta ella sola. Encontrar un ejemplar con flor en un bosque es un presagio funesto, pues significa que los días de la dinastía reinante han acabado para siempre.


Diente de león (Leontodon autumnalis)

Hierba de la familia de las compuestas bien conocida por todo el mundo (bueno, creo yo). Corona su fruto una delicada esfera formada por un fino vilano blanco. Si se toma en la mano el fruto y se le sopla fuertemente pidiendo un deseo, el vilano se va volando y aunque el deseo no se cumpla, al menos las semillas del diente de león se esparcen por ahí. De este modo nacen más dientes de león y con ellos aumentan las posibilidades de que un próximo deseo se cumpla alguna vez.


Hierba de Aquiles (Achillea millefolium)

Ni siquiera el héroe griego fue capaz de superar la prueba que le puso Quirón de contar con exactitud el número de hojas de esta hierba aromática. De ahí que también sea conocida por los nombres de cientoenrama, milenrama y mil hojas. El caso es que el joven tesalio, al ver que le resultaba imposible superar el desafío, cobardemente lo eludió y presentó a Quirón en cambio un ejemplar de potentilla reptans, una rosácea que a partir de entonces pasó a llamarse cincoenrama. Esta actitud no fue del gusto del maestro que censuró por ello al joven y le impuso un severo castigo, o al menos así lo cuenta Hesíodo en “Los Trabajos y los Días”. Según la misma fuente parece ser que Janto, el caballo de Aquiles, consumía la millefollium cocida y aderezada con vinagre antes de hacer profecías.


Hierba o vara de San Simón (Circaea lutetiana)

San Simón era hermano de Santiago el Menor. Murio crucificado en la ciudad de Samir, en Babilonia. La vara la empleaba para azotar a los impíos y para martirizarse él mismo. No se sabe que pueda tener otra utilidad.


Imperatoria (Imperatoria ostruthium)

Umbelífera aromática y medicinal. La imperatoria es propiedad exclusiva del Emperador y no me está permitido hablar de ella aquí.


Lágrimas de David (Polygonatum officinale)

Esta planta está muy dotada para la poesía. Tiene un don natural. David reinó en Judá del año 1010 al 970 a.C. y parece ser que el hijo de Isaí se había aficionado a esta planta vivaz durante los años en que fue vasallo de los filisteos, que solían emplear la raíz cocida de la polygonatum como purgante. Una vez que David se proclamó rey y conquistó Jerusalén, se hizo construir en palacio un jardín privado en el que cultivaba él mismo con gran dedicación estas extraordinarias liliáceas que, según se cree, le dictaron de viva voz más de 50 de sus 74 salmos. Su hijo Salomón mantuvo este jardín en funcionamiento hasta el año 930 a.C. por respeto a la memoria de su padre. Y la planta acabó por ser conocida también por su otro nombre: Sello de Salomón.


Nido de pájaro (Neottia nidus-avis)

Esta orquidácea de color pardo que puede llegar a medio metro de altura, está protegida por ley en toda Europa. No debe tocarse y mucho menos arrancarse, pues los polluelos morirían. La Neottia vive principalmente en bosques de hayas.


Narciso de los poetas (Narcissus poeticus)

Una amarilidácea bulbosa de flores blancas que es muy apreciada. Sabe improvisar versos maravillosos, y si llega a conocer a un poeta en persona se queda con él para siempre. No debe confundirse el narciso de los poetas con el pseudonarcissus o tragapán, que es tóxico y ni siquiera es capaz de componer un mal texto en prosa.


Pan de ranas (Alisma plantago-aquatica)

Fácil de ver en cañaverales porque sus flores y semillas sobresalen por encima del agua, a menos que las ranas ya las hayan recolectado. El pan de ranas tiene grandes hojas acorazonadas y pequeñas flores blancas. Como claramente indica su nombre, las ranas usan el alisma para fabricar pan.


Pamplina (Stellaria media)

No merece la pena dedicar ni una línea a esta planta.


Pico de cigüeña (Erodium ciconium)

Se confunde a veces con el alfilerillo de pastor. Su fruto parece un pico de cigüeña. Si se abre, dentro aparecen las semillas que al sentirse observadas, se convierten al instante en relojes, echan a andar y empiezan a dar las horas con regularidad y exactitud. Entonces los niños (al menos mis amigos y yo lo hacíamos así de pequeños), inteligentemente le cambian el nombre a la planta y la llaman simplemente “reloj”.


Polígono anfibio (Polygonum amphibium)

Efectivamente, esta poligonácea que puede llegar a medir más de tres metros dispone de varios lados y puede vivir indistintamente en la tierra o en el agua. Por tanto su nombre es correcto.


Violeta (Viola odorata)

Resultaría de lo más pedante por mi parte intentar describirles la violeta, por lo que no lo haré. Es tan conocida que resulta innecesario. Todo el mundo sabe perfectamente que la violeta es una hierba perenne, sin tallo, con estípulas lanceoladas y flores en los extremos de los cabillos de color violáceo o de otro color, con dos pétalos curvados hacia arriba y tres hacia abajo; y con sépalos desiguales. Y también es sabido que su fruto es una cápsula vellosa que se abre en tres valvas. Y por supuesto, que sus flores son muy aromáticas. Extraordinariamente aromáticas. Pero... ¿qué tonterías estoy diciéndoles? Perdónenme, se lo ruego, no pretendía ser descortés. Todos ustedes saben lo que es la violeta, claro está. ¿Cómo he podido olvidarlo? ¿O es que acaso no han recibido nunca de algún amante un ramito de?

1 comentario:

Clara Herreros dijo...

Vi a Corey Vidal: fenómeno de la sincronización, buen dominador de su voz y si, algo friki. Gran descubrimiento que sin duda gustará a mi hermana, todavía amateur.

Victor, trato de seguir tu blog, pero tu ritmo de publicación es muy rápido, mientras que mi digestión tras la lectura de un texto es muy lenta. A pesar de estos desencuentros entre tu compás y el mío, sigue creciendo mi gusto por leerte.

Hasta nuevos comentarios,

Clara