6/12/09

La ascidia

La ascidia es un animal fascinante. Es un organismo multicelular acuático muy primitivo, pero no por ello poco inteligente. Al contrario, lo es y mucho. Este pequeño ser dispone de unos minúsculos órganos natatorios y de un diminuto pero eficiente cerebro. Y eso es todo lo que necesita.


Durante sus primeras horas de vida la ascidia, que tiene al principio el aspecto de un renacuajo, nada afanosamente y emplea su cerebro en localizar alguna roca o superficie firme a la que sujetarse. Una vez que la ha encontrado, le parece que es la adecuada y decide quedarse allí, se aferra a ella firmemente con una ventosa que posee. Después devora sus propias aletas, la cola y el cerebro, pues sabe que ya no necesitará estos órganos nunca más. A esto lo llaman los científicos “metamorfosis retrógrada”. No sé a ustedes, pero a mi, el hecho de que devore su propio cerebro, me parece un rasgo de inteligencia que roza lo paranormal.


Una vez hecho esto, la ascidia se convierte en una especie de vegetal parecido a un nabo y vive como tal el resto de su vida. ¿No es eso la gloria? Si creen que es fantasía consulten cualquier libro de ciencia. Se lo repetiré: as-ci-dia. A propósito de esto y para terminar les diré que un buen amigo mío, que es funcionario, odia que le cuente esta historia, lo que yo de todas formas suelo hacer a menudo. Por incordiar.

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