El marinero portugués que tenía dos escaleras de flores en el corazón, por las cuales alternativamente subían suspiros y bajaban amores, no dejaba de llorar. Este marinero se llamaba Fernando y generalmente lloraba así: “Ó mar salgado, quanto do teu sal são lágrimas de Portugal!”.
2 comentarios:
¡Qué preciosidad!
El gran misterio de la música es cómo de tanta tristeza nació la samba.
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