El asunto de la Torre de Babel fue muy discutido en su momento y se han llegado a decir muchas tonterías al respecto. La versión más común de esta historia dice que los hombres decidieron construir una torre gigantesca que llegara hasta el cielo para ver a Dios. Pero este se enfadó y les confundió las lenguas, haciendo que fueran incapaces de comunicarse entre ellos y echando por tierra todo el proyecto.
Nada más absurdo. ¿Iba a enfadarse Dios porque tenía visita? Es ridículo. La historia así no tiene pies ni cabeza. Además las distintas lenguas ya existían hacía tiempo y no eran ningún problema. Lo cierto es que los hombres llegaron a construir la torre entera y en cuanto llegó al cielo subieron todos juntos. Cuando Dios los vio, a pesar de que eran muchos los invitó a tomar un té en su casa, que es lo que haría cualquier persona normal con unos viajeros cansados. Hay que tener en cuenta que la torre era enorme y llegar arriba llevaba muchos días.
Les puso café, té y zumo de piña. Además había un bufé con salchichas, bacon, huevos al plato y pasteles, atendido por unas amables señoritas que tal vez fueran ángeles. Parecía una sala VIP. La música era deliciosa y el ambiente muy acogedor. Los hombres estaban estupendamente allí. Una vez que todos hubieron comido y descansado lo suficiente, Dios carraspeó discretamente y dijo:
– Ejem. En fin, señores míos, su compañía es muy grata pero seguro que esta visita obedece a algún propósito concreto. Ustedes dirán, ¿qué les ha traído por aquí?
Y los hombres contestaron sorprendidos:
– ¡Oh!, creíamos que lo sabía. Hemos venido a quedarnos.
1 comentario:
Aunque ya lo he dicho más de una vez, me repito: Me gustan tus historias, Víctor.
He caído en la cuenta, mientras leía, que ya de pequeña los únicos episodios relacionados con la religión que me interesaron fueron precisamente 1)la historia de la torre de Babel (aquello de que Dios se enfadara porque los hombres, usando el talento que Él mismo les otorgaba, quisieran superarlo, no lo entendí con 9 años y sigo sin entenderlo) y 2)el Pentecostés. Curiosamente los idiomas acabarían siendo mi pasión y mi sustento.
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