Las “Islas de los Cartógrafos” fueron muy famosas. Las inventaban los autores de planos en los siglos XV y XVI. Aquellos expertos ponían a veces en los mapas islas, bancos de arena o arrecifes que no eran accidentes geográficos reales. Y lo hacían casi siempre para dedicárselos a sus amantes, como una especie de broma privada. Las “Islas” provocaban la exasperación de los marinos, que no eran capaces de concebir que semejantes engaños que les producían tantas incomodidades, molestias y peligros, fueran realmente muestras de amor.
La Carta del Mundo de Juan de la Cosa, que se conserva en el Museo del Ejército de Madrid, contiene varios de estos accidentes imaginarios dibujados por él mismo, como las Islas de Galicia en el golfo de Venezuela; o los bajíos de Santa María de Santoña, en Panamá. En cambio, como se ha comprobado, la inexistente isla de Guazabara que aparece en dicho mapa próxima al puerto de Cartagena no es suya, sino que fue añadida con posterioridad por alguna mano anónima.
El mapa de Muhidin Piri Ibn Haji Memmed, más conocido como Piri Reis, almirante de la flota otomana a finales del siglo XV, es un caso excepcional: todos los accidentes geográficos que contenía sin excepción eran falsos. Como prueba baste decir que dicho mapa, que fue hallado en 1930 en el palacio de Topkapi en Estambul, describe en detalle y con gran exactitud las costas de la Antártida, un continente entonces desconocido, que solo fue descubierto por Cook en 1773, casi dos siglos más tarde.
Lamentablemente hoy el conocimiento, los grandes viajes y los adelantos de la ciencia moderna, fotografías aéreas o por satélite, etc., han hecho que dichas invenciones hayan dejado de existir y los mapas sean ahora perfectos. ¡Qué horror! ¿A dónde iremos entonces?
1 comentario:
Eso me pregunto yo ... ahora, ¿a dónde iremos a parar?
Genial, como siempre.
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