22/11/09

El trigo de Méjico

A la multiplicación de los panes y los peces se le ha dado mucho bombo, pero hubo otros milagros parecidos que no se conocen tanto, sobre todo porque no los hizo Jesús (ya se sabe que los vencedores manipulan siempre la historia a su antojo). Por poner un caso –como ejemplo vale un botón–, Juan Garrido, un simple esclavo negro de Cortés hizo en América un milagro del mismo tipo pero aun mejor y nunca se cuenta.


Este hombre encontró un día tres granos de trigo en el fondo de un saco de arroz. Y los plantó. Aunque sólo germinaron dos, entre ambos dieron más de doscientos granos nuevos, así que el tal Garrido los volvió a plantar y obtuvo una cosecha mayor. Después repitió la operación varias veces sucesivamente. Y el milagro, increíble, es este: he ahí todo el trigo de Méjico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Unos tienen la fama ... otros cardan la lana.