7/7/09

El maestro de los derviches


Rûmi, el poeta, fundador y maestro de los derviches giróvagos, que vivió en Damasco en el siglo XIII, decía poseer un secreto único: el de la danza. Y solía añadir que si lo revelara al mundo, éste se acabaría.


En los últimos años de su vida Rûmi no hizo otra cosa más que danzar y danzar día y noche. Estaba convencido de que si dejaba de hacerlo, Dios podía enfermar y morir. Y seguramente era cierto.


Se dice que su hijo, Sultan Walad, tuvo siempre a su padre no por un hombre, sino por un noble ángel huido del Paraíso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sigue! Sigue! Sigue! Están fenomenal!

Abrazos,
CHECHU

molano dijo...

Tendría el secreto de la danza pero como coreógrafo era muy limitado.