17/7/09

Macías

“Quen te serve en gentileza, por galardón lle das morte”.


Un personaje excepcional de la literatura española y gallega, es Macías “O Namorado”. Su historia es una de las más hermosas y perfectas que se conocen. Tanto que ni siquiera es necesario contar el final, pues todos los oyentes lo adivinan. Juan de Padrón, un poeta y monje franciscano que vivió un siglo después, le dedicó a Macías un verso extraordinario que nos permite, en la distancia, entrever la belleza sobrehumana del personaje: “Sólo por ver a Macías / e de amor me partir / yo me querría morir”.


Macías era un juglar gallego. Vivió en el siglo XIV. Estaba perdidamente enamorado de su dama y la seguía siempre allá a donde fuera. En cierta ocasión incluso la salvó de la muerte. Pero ella apenas le prestaba atención. Se casó con otro y Macías se resignó. Tiempo después el trovador la encontró en un camino y le pidió que le concediera un único favor, en pago al menos por haberle salvado la vida antaño: que bajara del caballo y pusiera los pies en el suelo una sola vez. Y ella, tal vez por diversión lo hizo así. Después se fue. Macías simplemente lloró y puso sus pies sobre las huellas de ella.


Más tarde llegó el celoso marido, también a caballo. Vio al enamorado de pie en el camino y lo conminó a que le dejara paso, poniéndole la lanza en el pecho. Pero Macías se negó y solo dijo esto: “No. No me apartaré. Aquí puso sus pies mi dama y sobre estas huellas terminaré mi vida.”

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