Selene, bella como la luna, se enamoró de Endimión, un pastor muy guapo, y tuvo cincuenta hijos con él. Después le pidió a Zeus que hiciera dormir eternamente a su amante para verlo siempre joven, una petición a la que Zeus accedió de buena gana, pues le hizo gracia la solicitud. A Endimión no.
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