Los indios tupys del Uruguay eran muy raros. Nacían con un cesto en la cabeza. Durante su infancia y su juventud el cesto crecía con ellos, aumentando de tamaño junto con su cuerpo hasta que se hacían adultos. Entonces podía llegar a ser enorme.
Después, a lo largo de su vida los tupys iban llenando el cesto con todo lo que encontraban.
Estos indios comían carne humana, las orejas le llegaban a los hombros y nunca hablaban, salvo por error.
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