3/2/11

Un naufragio


Un pez sierra gigante necesitaba unas tablas para construir un armario. Fue a dar una vuelta por el mar y vio un barco nuevecito con unas maderas buenísimas. Se acercó y se puso a serrarlo inmediatamente. El barco era un yate de lujo. A bordo iban un grupo de multimillonarios ociosos, un famoso escritor de best–sellers, un cantante de rock y algunas top–models. Cuando vieron lo que estaba haciendo el pez sierra, se asustaron mucho y empezaron a gritar aterrorizados.


– ¡Socorro, auxilio, un pez sierra asesino!


Pero nadie podía oirlos en medio del mar excepto el pez sierra y este no estaba dispuesto a hacerles caso. Además no era un pez sierra asesino, tan sólo quería las tablas. Siguió serrando el barco pacientemente: rac, rac, rac.


Los multimillonarios, con gran dolor de su corazón, ofrecieron dinero al pez para que dejara de serrar. Como eran muy tacaños empezaron sólo con unas pocas libras, pero al ver que el pez sierra no se dejaba engatusar, subieron la oferta hasta varios millones. Sin embargo tampoco eso resultó. El escritor, las modelos y el cantante de rock, que también eran ricos se sumaron a los multimillonarios y le prometieron al pez fama, éxito social y en fin... el oro y el moro. Pero nada, el pez sierra siguió serrando y serrando hasta que el barco se rompió en dos mitades y se fue a pique. Para entonces los tripulantes habían embarcado ya en un bote salvavidas y habían conseguido alejarse prudentemente. Como al pez sierra solo le interesaban las tablas, los dejó ir.


Los náufragos navegaron a la deriva durante varios días hasta que por fin avistaron tierra. Por supuesto se trataba una isla desierta y no tuvieron más remedio que quedarse en ella. No había nadie en cientos de millas a la redonda. Estaban solos en medio del mar. Las habilidades y aptitudes de aquellas personas en la vida real resultaban inútiles allí, y todos tuvieron que aguzar mucho el ingenio para sobrevivir.


El cantante de rock formó un grupo con varios monos y se pasaba todo el día ensayando bajo un cocotero. Las modelos crearon un taller de alta costura, y cada temporada presentaban sus colecciones en la playa con gran éxito de crítica y público. La última colección de primavera–verano “Hojas de Palma” fue muy celebrada. El escritor se especializó en temas náuticos y los millonarios... se limitaron a comprar la isla.

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