El hecho de que siempre que nos asomemos a un espejo éste refleje fielmente las facciones de nuestros padres, sólo tiene una explicación: todos los espejos, absolutamente todos sin excepción son mágicos.
¡Y tanto que lo son! Los que tenemos hijos sabemos que también cuando éstos se miren, nos verán a nosotros:)
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¡Y tanto que lo son! Los que tenemos hijos sabemos que también cuando éstos se miren, nos verán a nosotros:)
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