Los abutardos son duendes con forma de pájaro. Lo que los distingue de los duendes normales es que los abutardos nunca llegan a tiempo a ningún sitio. Siempre que hay una reunión de duendes, al final todos tienen que esperar por el abutardo y terminan por enfadarse muchísimo con él, porque la comida se enfría, las velas se acaban y todo sale mal. Esta es la razón de que los abutardos tengan tan pocos amigos.
El caso de Ricardo Fallas, un abutardo natural de Trasosmontes (Orense) fue muy comentado en su época. Ricardo llegó tarde al examen de reválida de brujería aplicada y no lo dejaron entrar. A raíz de aquello no pudo convertirse en un duende auténtico y no le quedó más remedio que dedicarse el resto de sus días a la cría y adiestramiento de codornices, actividad en la que llegó a ser un maestro consumado. Su circo de codornices fue famoso. Tenía codornices trapecistas, codornices payasas e incluso una codorniz domadora que asombraba al público con un espectacular número en el que participaba un zorro.
Un día el rey de Francia mandó llamar a Ricardo pues había oido hablar de él y de su espectáculo de codornices y deseaba verlo con sus propios ojos. Pero no pudo ser pues cuando Ricardo tras innumerables retrasos por fin llegó a palacio, el rey ya había huído y Francia era una república.
1 comentario:
Este Ricardo Fallas es que hace honor al apellido: por una vez su retraso tuvo algo de mágico: convirtió a Francia en una moderna república.. no es extraño con reyes que se interesaban por espectáculos de codornices.
Saludos.
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