26/1/10

Morir contra el mar


Según cuenta Nicolao de Damasco, embajador de Herodes el Grande en el siglo I, los celtas de la costa oeste de Europa, o sea bretones y gallegos, eran pueblos muy orgullosos y bravos. Tanto que si a uno de ellos lo sorprendía en la playa una ola o una repentina crecida del mar no huía, sino que se enfrentaba al océano con las armas él sólo, y no cejaba en la lucha hasta morir por cansancio, para que si alguien estaba observándolo no pensara que tenía miedo. Y a esto lo llamaba Nicolao, de ahí el título del cuento, "morir contra el mar".

4 comentarios:

José Angel dijo...

Morir contra el mar es una buena forma de morir. Aunque yo prefiero morir en el asfalto, con las botas puestas. A una novia que tuve hace tres veranos, antes de conocer a la Colometa (me caso este mes de febrero) le dije lo de morir en la carretera: se asustó la tonta, pues creía que me refería a suicidarme o algo así. Al contrario, creo que es una expresión de amor a la vida suprema, como la de esos bretones que tan bien cuentas.
Saludos.

Vivian dijo...

“Morir contra el mar”, me gusta el título, y la filosofía que encierra, enfrentarse sin miedo, no salir corriendo, aunque, eso sí me quedo con la enseñanza que se extrae de la leyenda, el hecho en sí me parece una manera bastante absurda de perder la vida, por muy heroico que me lo cuenten…

Por cierto, con tu permiso, aprovecho para dar mi enhorabuena a José Ángel por lo de su boda.

Saludos

Anónimo dijo...

Mellor que loitar, deixarse levar polas ondas ... galegos e bretóns bravos? seguro, pero parvos non.


embaixador Nicolao tas pasao !


Xoan Piñón

PATSY SCOTT dijo...

Poética la imagen y la historia. El título es también un precioso epitafio para los pescadores (que no son peces).