Las cartas manuscritas, sobre todo las de los amantes, tienen el don de la elocuencia y están dotadas de alma inmortal, por lo que destruirlas es pecado gravísimo que se castiga con el infierno. No se preocupe, con los correos electrónicos no pasa eso; puede usted eliminarlos e igualmente irá al cielo si ese era su destino.
En la foto Cris López (extraordinaria fotógrafa -y amiga-) y su ayudante Sergio estudian en un descanso durante una sesión de fotos no una carta, sino unos simples bocetos.
2 comentarios:
Las cartas manuscritas y las fotos impresas son testigos incómodos. Hoy si le das al Delete puedes borrar a alguien de tu mundo para siempre. Como si nunca hubiera existido.
Cierto, el papel todavía goza de más inmortalidad, así que espero que seas capaz de dotar de esa "inmortalidad" a estos todos tus relatos "blogeanos" para poder volver, y revolver cualquiera de ellos en cualquir momento.
Todo lo mejor para el 2010
Chelo Veiga
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