4/8/09

Otros reyes


Aunque estamos acostumbrados a pensar en los reyes como hombres, muchos no lo son. Y son igualmente nobles, tengan reino o no. Además, la palabra rey se utiliza para todo y casi siempre en serio, aunque no nos demos cuenta. Por ejemplo, algunos reyes parece que sólo existen en el lenguaje. Pero lo cierto es que no. Por poner un caso, cuando en Galicia se le dice a un niño cariñosamente “meu rei” no es en sentido metafórico, sino que el niño es un rey auténtico de pronto, con corona y todo. Y por supuesto si se trata de una niña y se le dice “miña raíña”, la cosa es exactamente igual. Otro caso: si un muchacho en una verbena de Lavapiés le llama “Reina Mora” a su novia, es que la corona al instante y la chavala se convierte en reina de los pies a la cabeza, con súbditos y todo lo que haga falta.


Algo parecido ocurre con los reyes de la baraja: Rey de Oros, Rey de Copas, Rey de Espadas y Rey de Bastos. El hecho de que estén siempre en la misma postura no debe engañarnos: son tan reyes como el que más. A ver si no. Llevan ahí toda la vida, cosa que no se puede decir de otros por mucho bombo que se den. Y lo mismo se puede aplicar a los del ajedrez, a los Reyes Magos y a otros. Existe incluso un famosísimo Rey de Reyes, que ya es lo máximo a lo que puede aspirar un rey.


O sea que hay reyes para dar y tomar. En la playa de Canido, a tan sólo unos kilómetros de Vigo por ejemplo, hay un restaurante que se llama O Rei Pescador y sin duda es un rey auténtico. Si no me creen, dense ustedes una vuelta por allí y prueben la empanada. Ya verán.


Un rey curioso es el Rey Haba. No es humano pues tiene forma oblonga como un haba, y se comporta exactamente igual que dicha papilionácea. El Rey Haba no sabe hablar, pero tiene mucho poder. Si uno encuentra un rey haba, es probable que se haga rico o que alguien le declare su amor ese día. Esto es un hecho. Exactamente lo mismo ocurre con el Rey Pájaro de Magallón, otro rey mágico. Francisco Hinojosa, un pobre pastor aragonés, encontró un 27 de diciembre de 1735 un Rey Pájaro de Magallón, un tesoro y cinco novias por este orden, lo que prueba lo dicho anteriormente. El Rey Pájaro de Magallón no tiene nada que ver con el rey Nabucodonosor, aunque este último tuviera la facultad de convertirse en pájaro a voluntad, tal como precisó con exactitud el profeta Daniel en 4, 25-30.


En el reino animal hay muchos reyes. Y no me refiero al león que ya está más que visto (de hecho algunos piensan que el rey de los animales es el elefante), sino a otros menos conocidos como el Rey de Arenques que gobierna las profundidades abisales; o el Rey Delfín del Estuario del Río de la Plata; o el famosísimo y merecidamente respetado Rey Mono; o el Rey de Clark, un gran pájaro carpintero americano que no sólo reina sino que es capaz de recitar de memoria el nombre de todos sus vasallos.


Son muchos los animales que tienen reyes propios. Entre las aves es algo corriente. Véanse, por citar sólo un par de casos más, las codornices con su Rey de Codornices; o los buitres con su Rey de Zopilotes. Por cierto que éste último monarca sudamericano que se comportó siempre de forma sangrienta y crudelísima con su pueblo, ha intentado recientemente y sin éxito, exiliarse en Europa para eludir la acción de la justicia en su propia tierra.


Aparte. En España hay bastantes reyes. No digo yo que sobren, pero hay bastantes. Uno bonito es el Rey Mozo, una gran mariposa de alas negras con manchas blancas, fácil de ver en nuestros campos. La Mariposa Limonera también es muy bonita pero no viene al caso aquí porque no es rey. Y también hay reyes y reinas entre las plantas y las frutas. Son bien conocidas la Reina de la Noche y la Reina de los Prados o Filipéndula; por no hablar de las reinetas, de las que usted mismo puede comprar unas cuantas en cualquier frutería.


Otros reyes que también son fáciles de ver son los reyezuelos, que como cualquier lector atento habrá adivinado, se llaman así porque son pequeñitos. De hecho son los pájaros más pequeños de Europa. Los reyezuelos son de color amarillo oro, como corresponde a verdaderos reyes. Y en gallego tienen un nombre maravilloso: “Estreliñas dos Pinos”.


Hablando de reyes españoles pensaba citar aquí al rey que rabió, pero no voy a hacerlo porque me estropea el final del cuento.

1 comentario:

molano dijo...

Me pregunto si la reineta es a la reina de las manzanas catalanas.
¿Valen las muertas? Pues entonces, Juanita Reina que no era fruta pero tampoco era hombre.¿O si?