Europa fue una de las novias más famosas de Zeus. Era muy guapa y solía ir a menudo a la playa nudista de Sidón, que le quedaba cerca de casa. Allí la vio Zeus un día, jugando con unas amigas, y se enamoró de ella al instante.
El soberano de los dioses, sospechando acertadamente que Europa no querría saber nada de él bajo su forma normal, se metamorfoseó en un enorme toro blanco (a Europa le gustaban los bóvidos) y así logró seducirla.
Después se la llevó a Creta y ella decidió quedarse a vivir allí porque le pareció un buen sitio. Zeus le regaló tres cosas maravillosas (aparte de unos cuantos hijos que tal vez la muchacha no necesitaba): un autómata mágico que defendía la isla de los extraños, un perro que no dejaba escapar ninguna presa y una lanza que siempre daba en el blanco. Las tres iban a resultarle muy útiles a Europa en el futuro. Si quieren saber por qué, les sugiero que consulten el diccionario de mitología de Pierre Grimal, que es lo que hago yo en estos casos.
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