6/8/09

Serpientes


“Agarrarán serpientes en sus manos y, aunque beban veneno, no les hará daño.” Esta frase de Marcos, el evangelista, en 16,18, es realmente osada, hasta el punto de que algunos en Estados Unidos se la han tomado tan al pie de la letra que han fundado una secta ad hoc: los “Agarradores de Serpientes de los Apalaches”. Por cierto: no se apunte a ella.


Las serpientes han producido desde siempre repulsión y miedo. Pero la realidad es que de las 2.700 especies que se conocen, sólo cinco familias son venenosas. Así que Marcos no andaba tan descaminado. Si usted ve una serpiente y la coge, las probabilidades de que sea venenosa son escasas. De todas formas, yo no le recomiendo que lo haga.


El caso es que los ofidios no tienen buena fama. Pero la mayor parte no son tan malos como se dice. Las serpientes del maíz y las culebras amarillas de América, por citar un par de casos que se me ocurren de repente, pueden domesticarse para tenerlas en casa. Y son mucho mejores que los gatos para eliminar ratas, ratones y otras alimañas... salvo que se incluya en este último grupo a las propias serpientes.


Pero no sólo en América hay serpientes dignas de respeto y admiración. En Europa fue muy famosa la serpiente de Esculapio (Elaphe longissima), que había estudiado medicina y escribió varios libros bien documentados sobre dicho tema. Los romanos solían tener ejemplares de esta especie a menudo como animales domésticos y aun hoy se ven a menudo en las puertas de las farmacias. No se asuste: esas puede cogerlas con la mano tranquilamente. Todo el mundo lo hace.


Hay muchísimas clases de serpientes como ya hemos dicho; y cada una con sus particularidades y su carácter. Hay serpientes corredoras, serpientes látigo, serpientes jarreteras y serpientes ciegas. Incluso hay una serpiente, la “hocico de cerdo” que vive en México y es pariente lejana del gorrino común, lo que puede apreciarse claramente en la forma de su jeta. Las serpientes acuáticas no suelen ser venenosas pero muerden a la mínima provocación; y las comedoras de huevos son inofensivas, siempre y cuando se les proporcionen huevos en abundancia. Ciertas serpientes como la boa constrictor o la anaconda no deben agarrarse nunca, aunque esté demostrado que no son venenosas. Pero si aun habiendo tomado todas las precauciones a usted le muerde una serpiente, sepa que hay tres tipos de serpientes venenosas según sus colmillos: Fijos en la parte posterior de la boca (verdaderas serpientes venenosas); fijos en la parte delantera de la boca (cobras, corales y serpientes marinas); y móviles en la parte delantera (crótalos). En caso de que le pique una serpiente este conocimiento puede que no le sirva de mucho, pero estará de acuerdo conmigo en que peor sería no saber nada.


Si usted vive en la isla de Guam y decide dar un paseo por el bosque, tenga mucho cuidado, los árboles están llenos de serpientes. Hay tantas que en toda la isla no queda ni un pájaro. Las serpientes se los comieron todos. Por último, un consejo: nunca agarre una serpiente que tenga color rojo. De nada.

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