13/8/09

Cetáceos


Cuando el Barón Cuvier dijo de las ballenas que eran “animales mamíferos sin patas traseras”, acertó de pleno. Y es que las definiciones breves suelen ser las mejores y más precisas. Y también las más difíciles de elaborar.


Existen unas 80 especies de cetáceos conocidas entre ballenas, delfines y marsopas. Los cetáceos se distinguen de los peces porque tienen la cola en posición horizontal y la mueven de arriba a abajo; los peces la tienen vertical y la mueven de lado a lado. Seguro que pensaban ustedes que iba a decir que las ballenas se distinguen de los peces porque tienen sangre caliente, o porque respiran aire, o porque dan a luz a sus crías. Pero ya ven que no: esas serían definiciones complejas. La de la cola es simple como la del barón Cuvier; y por ende, mejor.


Puede averiguarse la edad de un cetáceo cortándole un diente y contando los anillos de su interior. Seguro que no sabían esto. Yo tampoco. Cada anillo es un año de vida, igual que un árbol. Así que sorprendentemente, una ballena se parece mucho a un pino. Los cetáceos tienen muy buen oído por lo que no conviene, y esto lo saben muy bien los balleneros, decir nada inconveniente en su presencia.


Una característica muy llamativa del comportamiento de los cetáceos es su afición a saltar fuera del agua. Los saltos, que han sido muy estudiados, han dado lugar a multitud de teorías científicas que intentan explicarlos. Algunos especialistas sostienen que es una forma de comunicación, otros que se trata de un ritual de cortejo e incluso hay quien ha apuntado que es una forma de desalojar parásitos. Pero es obvio para cualquiera con dos dedos de frente que las ballenas saltan porque les divierte. No hay más que verlas.


Piensen ustedes por un momento en que unos investigadores de otra especie pudieran observarnos a los humanos mientras jugamos al fútbol y concluyeran que el fútbol era un ritual de cortejo. La verdad es que no me imagino yo que las evoluciones de Beckam, Zidane o Kaká en el campo tengan por objeto atraer la atención de una hembra... aunque aun podrían ser ciertos los toros. En fin.


Otro comportamiento curioso de las ballenas y delfines es el varamiento. A veces los cetáceos se lanzan a las playas y cuando baja la marea, mueren en ellas, aplastadas por su propio peso e incapaces de volver al mar. Una explicación curiosa a este fenómeno es que ciertos cambios en el campo magnético de la tierra les hacen perder su sentido de la orientación. Es posible, pero me parece una explicación tan absurda como la de suponer que usted o yo si nos despistamos en Nueva York y no encontramos la Quinta, nos empeñemos en atravesar los muros de San Patricio con la cabeza. La verdad, a mi no me parece plausible.


En cualquier caso si usted se encuentra un cetáceo varado llame inmediatamente a un experto. Entretanto no lo mueva. Mantenga húmeda la piel del animal y si es posible, a la sombra. No haga ruido. Nunca tape el aventador e impida que le entre arena. Y recuerde siempre que el cetáceo no sabe que le está ayudando. No es Willy. No se acerque a su cabeza ni a su cola y no se quede cerca de él más tiempo del necesario.


Como se puede ver, los cetáceos son un tema interesantísimo. En el caso de que usted desee más información acerca de ellos, sorprendentemente no le recomendaré una web de una oenegé, sino un libro: Moby Dick. Lo escribió un tal Melville.

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