17/5/09

¡Demonios!

          Por lo general se tiene la idea de que los demonios son tipos feos y desaliñados, pero no es así. Nada más lejos de la verdad. Muchos demonios como Belial, o el de Ricardo Bellver que está en el Parque del Retiro, son muy guapos. No hay que olvidar que antes fueron ángeles. 

          En general la mayoría de los súbditos de Satanás son gente limpia y de buena presencia. Los demonios gallegos por poner un caso, son corteses y atildados, hablan siempre educadamente y visten como señoritos de Madrid. 

          Tampoco es verdad que todos sean malos. Un demonio mejicano amigo de Francisco Hernández era bueno. Además están muy organizados. Tienen su propia jerarquía con reyes y príncipes, duques, condes y notables. Y poderosos ejércitos con legiones bien entrenadas al mando de capitanes, generales y otros militares de alto rango. 

          Según Vicente Risco tienen incluso policía secreta y su propio cuerpo diplomático. El autor orensano en su “Historia del Diablo” precisa los nombres de varios demonios embajadores de distintos países. El de la Gran Bretaña, y no lo digo por molestar, se llama Mammón. 

          Algunos demonios son expertos en leyes, otros son cirujanos, otros arquitectos, e incluso los hay panaderos, zapateros y de otras profesiones más modestas. Un demonio famoso, Ismael Florito, fue falsificador de moneda en su juventud y ejerció la profesión de modisto en París. En el infierno hay de todo. Como en botica.

          El demonio francés Fleuretty, que construyó el puente del río Arnoia de Allariz en una sola noche y al que allí conocen popularmente como “o demo Florete” (no confundir con el citado Ismael Florito), era albañil. En cambio el famosísimo Lucifer era juez. Dos profesiones muy distintas como bien se puede ver.

         Hay demonios que escriben versos, por lo que son poetas; y otros tienen nombres maravillosos como Moloch, el Príncipe del País de las Lágrimas.

          También los hay femeninos. El demonio egipcio Ammit era chica. Tenía cabeza de cocodrilo, cuerpo de pantera y nalgas de hipopótamo (no me pregunten por qué era chica). Y la bella demonia Onoscelia tenía piernas de burra (no me pregunten por qué era bella). 

          La forma de los demonios es muy variada. Los clásicos arquetipos con cuernos y rabo, o con aspecto de macho cabrío como Baphomet son más que conocidos por todo el mundo, pero hubo otros demonios con formas muy distintas. John Hollywood, el astrónomo inglés del siglo XIII, tuvo uno en propiedad rarísimo: era esférico.

           El famoso demonio que se disfrazó de serpiente en el Paraíso no era tal. Recientes investigaciones han aclarado que se trataba de un simple ofidio sin ningún poder diabólico. En concreto era un surucucú o crótalo mudo de América del Sur. 

          El surucucú aunque muy venenoso no habla, por lo que difícilmente pudo engañar a Eva.

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