Una mujer que vivía sola oía a menudo que llamaban a la puerta, pero cuando la abría nunca había nadie.
Preocupada, se lo contó a su médico y este le diagnosticó una Ilusión Auditiva Creciente (IAC), una enfermedad muy rara. Después, el propio médico le susurró al oído a la enferma: “te amo, te amo, siempre te he amado, siempre te amaré”.
Y la curó con el tiempo, visitándola cada día.
4 comentarios:
Bonito relato, si señor.
A veces me parece que también tengo ilusiones auditivas, sobre todo cuando escucho las noticias. Pero por desgracia no es así.
Unha aperta.
¡Magnífico!
Preciosa historia de amor. Me gusta mucho tu blog.
¡Médicos así dan gusto :)) Precioso el cuento y la imagen.
p.d.jaja me ha salido "parchi" en la palabra de verificación.
Publicar un comentario