29/3/09

Hombres (gastronomía)


          El hombre apareció en la tierra hace más o menos medio millón de años; y desde entonces se come.

          Aunque su carne no sea especialmente sabrosa, el hombre es un animal que se adapta a cualquier clima y ambiente, y puede criarse casi en todas las condiciones imaginables de nuestro planeta, incluso en las más duras, por lo que ha sido a menudo muy apreciado como animal doméstico y de engorde. Se alimenta con cualquier cosa y casi no requiere cuidados.

          Para acabar de redondear el tema, en los últimos veinte mil años el hombre apenas ha experimentado cambios y eso gastronómicamente es una ventaja: sabe exactamente igual que siempre, lo que no puede decirse de muchos productos que consumimos hoy.

          Hay muchas clases distintas de hombres: caucásicos, mongólicos, alpinos, negroides, etc. Aunque las diferencias entre unos y otros son insignificantes, por generalizar los asiáticos suelen ser mejores para guisar, y los caucásicos para el horno. Los alpinos y centroeuropeos que son más rechonchos, quedan ideales en brochetas. 

          En ensaladas ninguno va bien.

          Ciertos hombres como el hombre de Java, el de Pekín que se preparaba laqueado, o el de Piltdown, en realidad no existen. Nadie los ha probado nunca. Son mitos gastronómicos.

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