8/3/09

Distinguir los zapatos

          Distinguir el zapato izquierdo del derecho es algo tan difícil al principio, que a los niños pequeños se les enseña a hacerlo mediante un procedimiento enormemente complejo, que requiere muchos ensayos y, más o menos resumido, es así. 

          Primero hay que poner un zapato al lado del otro en el suelo, muy juntos, ambos con las puntas orientadas en la misma dirección. En esta parte del proceso no importa cual está a la derecha y cual a la izquierda. 

          Una vez alineados de este modo, hay que prestar mucha atención y estudiar ambos zapatos detenidamente, comparando uno con otro para poder descubrir las diferencias que hay entre ellos. Lo mejor es verlos desde arriba.

          En cuanto se ha descubierto, por ejemplo, cual es el derecho, hay que cogerlo rápidamente antes de que uno se olvide y colocarlo en el lado correcto. O sea, a la derecha del otro. 

          Si el que se distingue antes es el izquierdo, igualmente y sin perder un segundo hay que situarlo en su lugar, en este caso a la izquierda del otro.

          El resto es fácil si uno sabe cual es su pie derecho.

          Todo esto requiere bastante práctica, pero los niños que aprenden a hacerlo así, o sea bien, de mayores lo hacen automáticamente, casi sin pensar, y no les supone ningún esfuerzo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No deja de ser un enigma por qué nadie ha solucionado nunca este problema. Lo idóneo sería que los zapatos fuesen perfectamente simétricos y con la punta elástica para, de este modo, no tener que pararse a distinguirlo. Supongo que este será un problema que no habrá afectado en ningún momento a los centauros.

Yo conocí a un pirata que con una pata de palo que sólo tenía una bota ¡y era la de la pierna que le faltaba!. Su pie sano estuvo descalzo hasta el final de sus días.

Anónimo dijo...

Los velcros para afuera. Pero si no hay velcros, como en las botas de agua, entonces hay que pedir número en la tienda del azar...