22/3/09

Cuestión de principios

          Los escritores suelen decir que las primeras líneas de una novela son fundamentales y que marcan, inevitablemente, el desarrollo de toda la historia. La famosa agente literaria Carmen Balcells asegura que sólo leyendo las diez primeras líneas de una novela (!), sabe si será un éxito. Desconocemos el destino de las que rechazó.

          Hay muchas novelas que arrancan con un párrafo arrebatador. Uno de los más conocidos es el de Cien Años de Soledad, cuando el coronel Aureliano Buendía rememora aquel día lejano en que siendo niño, su padre lo llevó a descubrir el hielo. 

          Leyendo, leyendo, he encontrado algo que se parece mucho a aquel principio de novela, lo que no hace sino confirmar el talento y la grandeza de García Márquez. Al menos a mi me parece igual de hermoso. 

          Se trata de un texto de Gonzalo Fernández de Oviedo (siglo XVI). En concreto, de la introducción al capítulo XX del libro XXVI de su Historia General y Natural de las Indias. 

          Dice así:

          “De cómo el general fue en persona por tierra a descubrir el origen de la sal.” 

          Extraordinario, ¿verdad? Poesía pura.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué grata sorpresa encontrar este sitio, con lo que nos gusta tu río que se secaba los jueves...

Anónimo dijo...

La primera línea, la primera bocanada, el primer latido, el primer paso, la primera decisión. Podría dar la impresión de que cualquier otro acto fuera ocioso e insuficiente. Repetirse es una forma de morir.