7/10/11

Tintín


Un niño tenía la idea de que era amigo de Tintín y que los dos iban juntos a todas partes. Le decía a su madre:


– Mamá, salgo a dar una vuelta por el parque con Tintín.


– De acuerdo, –contestaba ella–, pero no volváis tarde que enseguida va a estar la comida.


Cuando el niño regresaba, gritaba desde la puerta:


– Ya estamos aquí.


Y la madre le decía a los dos que se lavaran las manos y se sentaran a la mesa para comer. Otros adultos opinaban que aquello era una bobada y que no se le debían consentir a un niño tales fantasías que no hacían sino maleducarlo. Su tío Ernesto, por ejemplo, que era un señor muy serio, le dijo una vez:


– También hay un perro que se llama Rintintín, ¿lo sabías?


Pero el niño lo miró conmiserativamente y ni siquiera se dignó contestarle.


NOTA: Como no tenía a mano una foto de Tintín (recuerden que en francés se pronuncia Tantán) he puesto esta de Crispín, que no tiene esos problemas de pronunciación. Por supuesto Crispín aparece aquí como casi siempre, acompañado de ese señor de melena negra que iba con él a todas partes.

1 comentario:

maikix dijo...

Como dicen por ahí... "Si tener un amigo invisible de niño es normal, que un montón de gente adulta comparta el mismo amigo invisible, ¿es religión?"