La constructora que en cierta ocasión quiso empedrar el mar, por suerte no llegó a hacerlo. A pesar de que había conseguido todos los permisos necesarios, la aprobación del estudio previo e incluso el apoyo de Dios (que luego se supo que había recibido una sustanciosa comisión), el proyecto se fue a pique a causa del rechazo que produjo en todo el mundo.
Ballenas, delfines, osos marinos, marsopas, medusas, pingüinos, peces voladores, alcatraces y otros muchos se movilizaron enseguida en contra de la constructora. Pescadores, esquimales -Nanuk incluido-, el comandante Cousteau y hasta el capitán Nemo se sumaron a la protesta con manifestaciones, proclamas y apariciones en la radio, en la televisión y en internet. Todos los afectados formaron comisiones de denuncia, presentaron reclamaciones en los tribunales, aparecieron en la prensa y movieron Roma con Santiago para paralizar las obras, que la constructora ya había empezado en Estaca de Bares.
Fue uno de esos contados casos en los que la oposición popular ganó la partida a los especuladores. Nunca podremos agradecérselo bastante a aquellos valientes. Gracias a ellos... podemos seguir yendo a la playa.
1 comentario:
... y moviéndonos en barco.
Genial, como siempre.
Publicar un comentario