Bixa Orellana. Poco conocido por su nombre científico, este arbolillo es en realidad la bija, chuya, achote u onoto (vean que gran cantidad de nombres), cuyo tinte usaban los caribes y los indios de Guatemala para pintarse el cuerpo de color naranja o rojo. También sirve para dar el mismo color al queso y a otras muchas cosas, como por ejemplo los lápices de labios. Por eso los ingleses en un alarde de imaginación insólito lo llaman Lipstick Tree.
Manykara Zapota. O sea, zapote. También chicozapote y zapotillo. Da látex. Si no fuera por este árbol no existiría el chicle o goma de mascar, un producto apreciado por mucha gente en todo el mundo. La pregunta del millón es esta: ¿cómo se llama en inglés? Respuesta: Chewing Gum Tree. ¡Bingo!
Napoleona Imperialis. Pequeño e inofensivo árbolito africano descubierto por Beauvois en 1808 que en un alarde de chauvinismo galo, le puso este nombre en honor a Bonaparte. Las flores de este árbol tienen una doble corola amarilla y púrpura muy hermosa que parece un sombrero. El nombre inglés es -no me hagan reir- Napoleon’s Hat.
Parmentiera Cereifera. Árbol de Panamá cuyos frutos parecen velas, tienen la longitud de velas y textura cerosa al tacto como velas. El nombre local es Xkat-cunc, tan difícil de pronunciar para los británicos que estos, inteligentemente, le pusieron el nombre más lógico de Candle Tree (sí, ya lo sé, la nomenclatura botánica inglesa puede llegar a cansar un poco).
Colofón. Esto no es una planta sino una nota final. Si a alguien le parece que me burlo de la lengua inglesa, nada de eso. Mi aprecio por ella y por sus autores es bien conocido por mis amigos más íntimos. Sin embargo, el hecho de que los ingleses hayan decidido llamar “Candle Tree” a un árbol con forma de vela; “Lipstick Tree” a uno que da tinte rojo; “Autograph Tree” a otro sobre cuyas hojas se escribe (el cupey); “Calabash Tree” al que da calabazas y “Chewing Gum Tree” al del chicle, me produce una gran desazón interior. Y téngase en cuenta que estos ejemplos no son sino una breve muestra cogida a vuelapluma. Una gota en un gran mar. Pero en fin, como decía don Guillermo al final de un soneto: “O, sure I am the wits of former days / to subjects worse have given admiring praise”. O lo que es lo mismo, más o menos: “Oh, seguro que los genios de la historia / a peores temas habrán dado alabanza y gloria.”
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