21/11/11

Toro (gastronomía)

Bóvido de gran tamaño. Animal mítico por excelencia en la cuenca mediterránea. El rabo y las orejas son muy apreciadas por ciertos gastrónomos perversos y por los toreros.


Los toros suelen ser bravos, pero en determinadas circunstancias se pueden volver mansos. Tal fue el caso del toro de Ataulfo, tercer obispo de Compostela. Este prelado fue acusado de pecado nefando y en castigo lo enfrentaron a un toro bravo en la plaza del Obradoiro, de Santiago. Pero el rumiante, mansamente guiado por la mano de Dios, se tendió como un corderillo a los pies de Ataulfo y éste pudo así demostrar su inocencia. (!)


El “Toro” fue también un tipo de tortura muy popular en la Edad Media. Consistía en meter al condenado en el interior de un toro de bronce y asarlo al fuego lentamente, si bien no consta que se llevara a cabo dicha práctica con propósitos culinarios.


El toro es, por otra parte, el macho de la vaca, animal este sobre el que se escribieron numerosos tratados. Algunos muy famosos, como el Liber Vaccae, atribuido originalmente a Galeno. Hace unos años, cuando yo aun era un muchacho, se escribían innumerables redacciones sobre la vaca en los colegios y yo mismo fui el autor de algunas, cosa que no debería de confesar ahora mismo. No sé si se sigue haciendo, pero si no es así debería hacerse.


Pregunta: ¿por qué el tema de redacción era la vaca y no el toro? La respuesta es simple: El toro en el fondo es un animal normal. Un animal cualquiera, corriente. Sí, con sus singularidades y tal, pero uno más. La vaca no. Observen ustedes atentamente a una vaca. Fíjense en cómo se mueve, en cómo es. En cómo mira. Es más humana que los propios humanos. Es nuestra propia esencia hecha rumiante. La vaca somos nosotros mismos. Yo creo firmemente que todas las vacas van al cielo.

2 comentarios:

Carcamal dijo...

Ah, la vaca. Qué bello tema, en efecto. Un mito estudiantil de aquellos tiempos.

¿A que te gustaría encontrar una de aquellas redacciones tuyas? El otro día mi padre me apareció por sorpresa con un examen mío, de matemáticas de 3º de bachillerato. Y mola ver que hacía uno por aquellas fechas, con doce años,peleándose con cosas que sólo empezamos a entender mucho después.

Por cierto, en el examen no había ninguna vaca. Y además estaba, afortunadamente, aprobado.

marisol - paginas web dijo...

Bueno nunca he visto ningun toro manso jeje... pero o que si es cierto es que son animales muy fuertes.