Está muy de moda, pero la mayor parte del que se toma en occidente no es verdadero sushi. Ni siquiera el que hace usted en su casa. Y el envasado mucho menos. ¿Por qué? Porque un auténtico cocinero de sushi debe pasar al menos tres años sólo observando en silencio como prepara el pescado un maestro, antes de empuñar él mismo el cuchillo por primera vez. Esta tradición, que parece casi de artes marciales, garantiza que el joven aprendiz no destrozará el cuchillo ni el pescado el día de su estreno (esto es importante porque como bien dijo Sorolla en un cuadro famoso, el pescado es caro). Y aun después de eso el muchacho tendrá que pasar unos cuantos años más de aprendizaje práctico...
Por tanto cuando le inviten a usted a un restaurante japonés sepa que lo más probable es que no le sirvan verdadero sushi, sino un mal remedo del mismo hecho por alguien con pocos escrúpulos. O sea, como tomar una paella en Kiev o que le atienda un médico que sólo ha hecho hasta segundo de carrera. Y recuerde también que tratándose de pescado y aun más siendo crudo, el cocinero ha de ser muy escrupuloso.
Yo he comido sushi bastantes veces y estoy convencido de no haberlo probado nunca.
2 comentarios:
Mi comentario no tiene nada que ver con la entrada. Es que la foto que la ilustra me ha llamado la atención. Lo que hay encima del torso desnudo, ¿es un útero con las trompas? ¿O es deformación profesional mía?
Saludos, Víctor.
Es un martillo mujer!
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