





Estas pertenecen a una serie que hice en la playa de Agrelo (Bueu) hace un par de años. Es la playa a la que voy todos los días en verano. Estelas. Aviones. Trazos en el cielo. Un reflejo también de lo que ocurre en el mar, pues en Agrelo y Portomaior entran a menudo bandadas de delfines persiguiendo bancos de sardinas: estelas en el agua. “Caminante no hay camino, sino estelas en la mar...”, ya saben.
El caso es que hice unos cuantos cientos de fotos parecidas a estas y después me deshice de casi todas (así es la fotografía digital, efímera como las nubes). Me decidí a hacerlas después de leer uno de los libros más bonitos y sorprendentes que había caido en mis manos en los últimos años: “Guía del observador de nubes” de Gavin Pretor-Pinney. Un señor inglés que ha fundado una sociedad dedicada a la exaltación y defensa de las nubes: “The Cloud Appreciation Society”.
Las estelas de condensación de los aviones son en la práctica nubes, con las únicas diferencias con respecto a las “naturales” de que son rectilíneas y creadas por el hombre. Una forma moderna de lo natural, dejando aparte el hecho de que son bastante dañinas para el medio ambiente... pero ese es otro tema. Según Pretor-Pinney, en contraposición a la belleza orgánica, caótica y barroca de las nubes naturales, las estelas poseen “la simplicidad abstracta de un Mondrian”. Lean el libro. Les gustará.
Los conspiranoicos creen que con esas estelas, las "chemtrails", los gobiernos nos fumigan, o nos envían epidemias, o controlan nuestra mente, para acabar con la población... :DDD
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