
José estaba trabajando en el campo con sus hermanos, recogiendo la mies. Los llamó y les dijo:
– Venid todos, hermanos míos. Admirad las gavillas tan perfectas que he hecho hoy.
Pero no le hicieron caso, pues ninguno sabía qué demonios era aquello tan raro de “gavillas”.
Si no sabes el nombre de una cosa, lo más probable es que ni la mires.. pasa con todo excepto con las mujeres: lo que menos te importa cuando las ves caminando por la calle quizás sea cómo se llaman... aunque sabes que son mujeres.
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