18/7/09

Diógenes, el Cínico


Diógenes el Cínico, que solía pedir limosna a las estatuas para habituarse a la ingratitud humana, se llevó la sorpresa de su vida el día en que una de Apolo bajó del pedestal, le dio unas monedas y le dijo:


– Vaya usted con Dios, buen hombre... y no se lo gaste en vino.

1 comentario:

  1. Ya va siendo hora de que se diga: Apolo era un aguafiestas.

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